Cuando se habla de presión arterial alta, por lo general se mencionan factores de riesgo como la obesidad, el consumo excesivo de sal y alcohol, el tabaquismo y la diabetes. Poco se comenta acerca de las causas hormonales que pueden generar este trastorno, cuyo diagnóstico y tratamiento adecuado permiten controlar el problema y tener un excelente pronóstico.
Surge como una enfermedad asintomática, que se instala discretamente en nuestro organismo. Solo se detecta cuando al medir la presión arterial esta supera los rangos normales, con cifras por sobre los 140/90 mmHg. En general, la hipertensión produce daño en forma silenciosa y aumenta el riesgo de infartos al miocardio, accidentes cerebrovasculares o patologías renales crónicas, entre otras.
El doctor de Hipertensión Endocrina y Enfermedades Suprarrenales y endocrinólogo, explica que pese a que por años la presión alta ha estado asociada a factores relacionados con el estilo de vida y la herencia genética, hoy se sabe que también puede ser originada por desbalances hormonales debidos al mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales. “Se ha visto que, en exceso, la aldosterona y el cortisol –que son hormonas secretadas por estas glándulas– elevan la presión arterial. Entonces, hay un porcentaje de personas hipertensas de origen endocrino, cuyo tratamiento y pronóstico es distinto al de la hipertensión primaria o esencial”.
La hipertensión endocrina afecta en general a personas jóvenes (menores de 40 años) con antecedentes hereditarios de esta enfermedad de inicio temprano, con historia familiar de infartos al miocardio o accidentes vasculares antes de los 50 años, o que presentan cuadros hipertensivos muy graves o de difícil control.
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